ALICIA de JESÚS
Copyright Victor Sant’Anna 2002
Traducido al español por Mariana Caldas de Souza marianacaldassouza@hotmail.com
Revisado por Vanina Schembari (@gmail.com)
Introducción (1990)
Alicia es una joven oprimida por su madre. No hay mucho que hacer o decir, el texto es sencillo y de fácil comprensión. Todos los símbolos utilizados son claros, la pieza es muy buena para grupos principiantes.
Informaciones Adicionales (2010)
ALICIA de JESÚS, aunque haya sido escrita en 1990, permaneció inédita durante 20 años. Fue escenificada por primera vez en 2010 en Río de Janeiro, cuando Thiago Scarton y Bruno Albuquerque llevaron la pieza “Alicia de Jesús” a una presentación en la “Muestra Arte Inclusiva – Festival de Sketches” (1ª Edición Santa Teresa, del 16 de abril al 9 de mayo de 2010) y se llevaron el trofeo ganador. Fueron elegidos por voto popular entre los 24 participantes del evento. Fue un gran logro para los actores de la compañía “2 em 1”.
Prefacio de la publicación (2002)
Ahora en 2002, me doy cuenta de que algunas sugerencias de luz e interpretación estaban fuera de propósito ya que, al escribir, volqué en el papel algunas de mis propias ideas sobre cómo me gustaría que la pieza fuera puesta en escena: desechen todas las indicaciones, son una especie de anacronismo.
Algunas indicaciones, sin embargo, siguen siendo válidas. Los textos para “sketches” son un poco difíciles de encontrar y la idea de una pieza completa y corta a la vez para el público de teatro parece ser algo interesante en la actualidad.
Victor M. Sant’Anna, 30 de mayo de 2002
ALICIA de JESÚS
Victor M. Sant’Anna
Primera parte
Escenario: Un cordel (una cuerda colgada de un lado a otro del escenario), con algo de ropa colgada. Una mujer (de espaldas al público) vestida de manera sencilla (como un ama de casa) tiende la ropa, sacándola de una palangana que arrastra con su pie, en el suelo, a medida que avanza. Así permanece hasta tender toda la ropa. Esta escena dura unos minutos.
Después, ella se vuelve al público y dice, como si estuviera contando un secreto:
MADRE: Mi hija se gradúa hoy…
La luz general disminuye mientras que la luz de un foco sobre el lado izquierdo aumenta. De allí surge Alicia. Cuando la luz esté sólo en Alicia, ella habla mientras sale la madre. Alicia usa una toga u otra vestimenta que evoque una graduación.
ALICIA: Yo sé que es ingenuidad mía. ¡Pero no podía hacer otra cosa! La única manera de escapar era hacer lo que mi madre me ordenaba…
En realidad ella no me daba órdenes. Era una madre muy guay. Ella sólo quiso para mí lo que ella no tuvo. Ella no me mandó realmente. Me presionó como a una muñequita. Me chantajeó con delicadeza y amor. Las madres quieren lo mejor para sus hijas. Ella me presionó. Logró que me graduara aunque fuese contra mi voluntad. Ella hizo por mí lo que era mejor…para ella.
Cuando era niña, me gustaba tocar la boca de la gente y ella venía y decía: “¡Cuando sea grande va a ser dentista!”. Para mí era sólo un juego de niños. ¡Para mi madre era un presagio!
Ella siempre quiso que yo tuviera lo mejor, aunque no pudiera. Ella siempre quiso que yo fuera la mejor. Desde pequeña siempre estudiando…siempre quise ser la mejor de la clase. Siempre hice para mi madre lo que era mejor para mí…
Ella quiso para mí lo que no tuvo para ella: ¡Oportunidades! ¡La oportunidad de ser libre! Y ha sido eso lo que ella ha construido en mí: ¡Una persona libre! Puedo ir a donde quiera. Si quiero, puedo dejarlo todo ahora mismo e irme. ¡Yo soy libre! ¡Mi madre me hizo libre!
Poco a poco la sonrisa que tiene en su rostro se desvanece. Enseguida, otra sonrisa llena de cinismo invade su rostro. Su expresión se trasfigura hasta que se siente muy enojada. La luz disminuye y ella se va.
Segunda parte
Cuando la luz general aumenta otra vez, la madre está sentada en una mecedora, a la izquierda del escenario, delante del cordel de tender la ropa. Ella está esperando a alguien (Alicia) y está angustiada. Busca algo con la mirada, siempre balanceándose en la mecedora. Pasa algún tiempo antes de que entre Alicia. A veces la madre se levanta y mira por una ventana imaginaria como si presintiera la llegada de la hija. Vuelve a sentarse, intenta dormir y no lo consigue. Alicia entra por la derecha. Ella intenta entrar despacio para no despertarle a la madre. Está sin la toga. Alicia cruza el escenario de puntillas, muy lentamente, hasta situarse detrás de la silla de la madre.
MADRE: ¿Por qué has tardado tanto, Alicia?
Alicia se posiciona delante de la silla de la madre y le besa las manos. Se sienta o se arrodilla delante de su madre que se levanta, se dirige hacia el público y empieza a decir:
MADRE: ¡Alicia! ¿Ésta es hora de llegar? ¿Es esto lo que me dijiste que ibas a hacer? Me prometiste que llegarías temprano, ¿verdad? ¿No dijiste que volverías antes de que me diera cuenta?, ¿que yo no iba a sentir nada? ¿No me dijiste que iba a ser rápido? ¿Te parece temprano? ¿Te parece temprano esta hora? ¿Crees que es temprano llegar a esta hora?
Alicia está callada, mirando la mecedora.
MADRE: ¿Entonces es así como me tratas? ¿Es así como tratas a tu propia madre? ¿A tu madre que se queda aquí esperándote? ¿A tu madre que cree en su hija cuando dice que va a llegar temprano? ¿Por qué, Alicia? ¿Qué te he hecho yo? Qué es lo que te he hecho, ¡dime! ¿Por qué me lastimas así? ¿Por qué me haces daño? ¿Te he hecho algo? ¿Te he hecho algo malo? ¿Es así como tratas a tu madre? ¿Por qué, Alicia? Yo siempre te he dado todo, ¿no? ¿Te ha faltado algo, hija? ¿No la he cuidado a mi hijita todos esos años? ¿No me he sacrificado para darle todo lo que una pobre madre puede dar? ¿No le he dado a mi hija educación? ¿No le he dado salud? ¿No le he dado lo mejor? ¡Contesta, hija! ¿Qué es lo que no te he dado? ¿Por qué me haces esto? – Se va poniendo cada vez más nerviosa – ¡Contesta, Alicia! ¿Por qué me haces daño? ¿Me quieres matar de un disgusto? De hecho, ¿dónde has estado?
ALICIA: (se vuelve hacia la madre y contesta) Sólo he salido un rato con un amigo…
MADRE: ¿Amigo? ¿Prefieres encontrarte con un amigo que con tu propia madre? ¿La madre que siempre te ha dado todo?, ¿que siempre lo ha hecho todo por ti? Alicia… (Tiernamente) No quiero que estés triste o infeliz. Sólo quiero lo mejor para ti. Si crees que es mejor estar con un amigo hasta más tarde, entonces lo consiento…pero quiero que pienses mucho al respecto. Después, si crees que no lo merezco, no me hagas caso. Lo puedo entender. He nacido para sufrir a fin de cuentas… (Finge ser comprensiva)¿Por qué no has vuelto más temprano y así lo traías a tu amigo a casa? (Espera un poco por la respuesta y entonces finaliza) Lo hago todo por ti y así me pagas…
La luz se atenúa un poco, Alicia se levanta y va hacia su madre que está inmóvil frente al público. Alicia habla con la madre, en tono de desahogo, como quien habla sola con un retrato.
ALICIA: Madre…he conocido a alguien…él me dijo… ¡él me dijo que yo le gustaba! ¡Madre! ¡Quisiera tanto contártelo! ¡Yo le gusto! (Poco a poco se vuelve hacia el público) ¡Yo le gusto y él me gusta! ¡Yo le gusto y no puedo decírtelo! ¡Yo no puedo decirte que estoy feliz, nunca puedo decirte nada! Quisiera decirte tantas cosas… ¡tantas cosas y no puedo! ¡Yo quería mostrarte a la persona que amo! ¡Quería que conocieras a mis novios!, ¡que fueras mi amiga!, ¡que me entendieras! ¡Tengo tanto miedo! Tengo miedo de hacerte daño, de herirte…
La luz se va atenuando y en el ángulo izquierdo del escenario un foco de luz, en la misma posición que el primer foco, aumenta. Alicia se acerca a esa luz y entra en ella mientras que la madre sale por el otro lado.
ALICIA: Cuando era pequeña, mi madre me decía: “Alicia, cuando seas mayor, no me vas a dejar sola…” Yo siempre pensaba: “¡Nunca la voy a dejar sola! Nunca. Nunca voy a dejar a mi madre sola.”
La luz general vuelve a aumentar. En la mecedora, sentada, la madre se balancea. Se levanta cuando suena la música de “Cumpleaños feliz”. Sale por la derecha y vuelve con otra mecedora. Arrastra la silla hasta una posición simétrica a la de la primera silla, las dos frente al público, la primera silla al lado izquierdo, la segunda al lado derecho.
MADRE: ¡Ven a probar tu regalo, Alicia! (Alicia va hacia la mecedora y se sienta).
Alicia se sienta en la silla de la derecha. Las dos se balancean. Alguien viene por detrás del cordel y aleja las ropas del medio y, en su lugar, cuelga una sábana que sirve de tela para “diapositivas” de pasteles de cumpleaños que son proyectados mientras la luz se atenúa bastante. La música “Cumpleãnos feliz” suena varias veces. La música se acaba. Cuando la luz vuelve a aumentar, las dos se levantan y se abrazan.
La luz se va atenuando y un foco central sobre las dos aumenta. La madre sale por la izquierda mientras que Alicia habla como si aquélla estuviera todavía allí.
ALICIA: Madre, quisiera agradecerte tanto…siempre me das lo que es mejor para mí… ¡Muchas gracias, madre!
MADRE: (Sólo la voz) ¡Recógeme la ropa!
Alicia recoge la ropa y la pone en la palangana. La luz general aumenta un poco. Recoge también la sábana que está colgada. Alicia vuelve hasta el centro del escenario, debajo del foco central. La luz general disminuye otra vez. La madre vuelve con la toga y se la coloca a Alicia. Otro foco de luz sobre la silla de la izquierda aumenta. La madre va hacia el fondo del escenario oscuro. Alicia la mira y espera sin entender. La madre vuelve con el cordel de tender la ropa y lo ata a la cintura de Alicia. Entonces, la madre sale de la luz y se dirige a la silla de la izquierda donde ata la otra punta del cordel y se sienta. Alicia examina el cordel.
MADRE: ¡Adiós, Alicia! ¡Vuelve temprano!
La luz sobre la madre, en la silla de la izquierda, se atenúa hasta apagarse. Se mantiene sólo el foco central sobre Alicia. Ella se vuelve hacia el público y mientras la luz se desvanece dice, bien despacio:
ALICIA: Gracias, madre.
La luz se apaga totalmente.
Copyright Victor Sant’Anna 2002